O Couto fue este martes mucho más que un estadio, fue el reflejo de la ilusión y la entrega de un equipo que sueña con más. El campo de fútbol de la ciudad de As Burgas vivió una noche histórica que quedará grabada en la memoria de los aficionados del Ourense CF con el partido frente al Valencia CF en los octavos de final de la Copa del Rey, lo más lejos que llegó el club desde su creación en esta competición.
Josema Raigal shoots on goal against several Valencia players. | Alan Perez
Casi 7.000 personas se dieron cita alrededor de un tapete que no veía tal cantidad de aficionados desde principios de los 2000, tanto así que, con una grada principal llena hasta la bandera, se habilitó una grada supletoria para acoger a los miles de seguidores que querían ver en directo un acontecimiento único; pese a ser jornada entre semana, el horario las 21.00 horas y el frío, nada de ello apagó el entusiasmo.
Atmósfera de bufandas, vuvuzelas, banderas y cánticos para dar color y calor a una noche de enero en la que los de Pablo López hicieron soñar alto. «Sí se puede» era el grito unísono ya en una segunda parte donde los pontinos tuteaban a los valencianos y en la banda calentaban los primeros cambios.
Hubo gol en propia puerta, pero no desesperación en el estadio, la afición quería disfrutar de un buen espectáculo y lo tuvo. Cordialidad, intercambios de camisetas, música y a pensar ya en una liga que es el verdadero día a día de un conjunto que ya tiene nuevo capítulo, con mayúsculas, en una historia breve, pero intensa.
Hoy descansan. Mañana más, ya en Oira, donde prepararán la cita ante un correoso Barakaldo con la satisfacción que deja un trabajo bien hecho.
Senegal
