Partido de reencuentros en el Benito Villamarín entre Real Betis Balompié y Celta de Vigo, con Borja Iglesias regresando a la que fue su casa defendiendo la elástica celeste, hoy azul y naranja, y con Iker Losada como titular jugando frente al equipo en el que se crio previo a pasar un año en el Racing de Ferrol antes de vestir la verdiblanca desde este verano.
Salieron muy atentos los hombres de Manuel Pellegrini, robando en campo contrario con Johnny muy activo, y queriendo imprimirle ritmo desde el inicio a la contienda. Diez minutos de control en los que faltó precisión en el último tercio para finalizar los acercamientos.
Duraron poco las buenas sensaciones que estaba transmitiendo el conjunto bético, encajando en el 13′ el primero tras una falta que cometió Sabaly al golpearle el balón en la mano. Balón al segundo palo que despejó forzado Diego Llorente y Javi Rodríguez empaló el cuero de volea para hacer el primero de los de Claudio Giráldez. Revisó Ortiz Arias con Pizarro Gómez en el VAR un posible fuera de juego posicional que el propio madrileño, hombre más atrasado, no rompió. Startfelt estaba en la trayectoria de Rui Silva.
Le costó durante unos minutos reponerse al Betis del gol encajado, cargando el juego por el costado de Abde, hasta que el de Beni Melal pudo filtrar un balón tenso para Vitor Roque, que enganchó el esférico pero le salió centrado el remate.
El Betis se crece y empata antes del descanso
Embotellando poco a poco a los olívicos, los de Manuel Pellegrini empezaron a cargar el área y hacer cambios de orientación. Un centro raso de Fornals al que no pudo llegar el 9 brasileño fue lo más peligroso en la primera media hora de partido.
A ráfagas y sin constancia en las llegadas, con excesiva lentitud por tramos y falto de ideas, se aproximó el conjunto verdiblanco al descanso hasta que en una jugada más propia de un videojuego por la velocidad y la precisión en los toques, empató el Betis.
Abde vio a Johnny internarse en la esquina del área grande, le metió un balón raso medido y el americano avanzó escasos metros para ceder a Vitor Roque, que de primeras dirigió el disparo lejos de Guaita.
Sirvió el golazo para levantar el ánimo en el Villamarín y espolear a los suyos, que tuvieron de nuevo por medio del de Timóteo una gran acción que él mismo se fabricó y que en esta ocasión si pudo repeler el meta celeste.
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